Alcanzar el máximo desempeño posible en el momento presente, es la aspiración de todos nosotros, en cualquier ámbito. ¿Qué nos impide lograrlo asumiendo que poseemos las capacidades necesarias? ¿Será que nos desconcentramos en el “aquí y el ahora” porque arrastramos un exceso de carga emocional y mental del pasado, o bien, una recurrente incertidumbre sobre el futuro?
Si nuestra mente “vive” anclada en el pasado, pueden ocurrir dos situaciones. Si las experiencias han sido positivas, podríamos aferrarnos a esos gratos recuerdos, a hablar constantemente sobre ellos y a suponer que lo vivido va a ser igual en el presente. Si, en cambio, en ese pasado hubo fracasos, decepciones y errores, es natural que desde entonces sintamos angustia, tristeza, enojo, remordimiento, y otras emociones que nublan la fluidez del pensamiento presente. El pasado persigue o acompaña mientras no se extraigan lecciones de él. “El mejor momento para aprender es cuando quieres que el presente sea mejor que el pasado,” indica el escritor Spencer Johnson.
También nos restamos fuerza en el momento actual cuando nuestra mente “vive” sumergida en el futuro. La ansiedad ante lo desconocido, la incertidumbre ante lo no planeado y el temor a no tener una ruta definida para llegar a una meta que también podría ser ambigua, son sensaciones que causan estragos a la concentración y al disfrute del presente. La preocupación por el futuro es necesaria, pero puede distraernos si no reaccionamos por lo menos con un mínimo planeamiento del mismo.
¿Cuál es entonces una buena forma de aumentar el desempeño actual? El mismo Johnson sugiere cuatro pasos: primero, tener totalmente claro el propósito o el por qué hacemos lo que hacemos pues así tendremos claras las prioridades. Segundo, evitar el arrastre de angustias del pasado obteniendo de él verdaderos aprendizajes para que quede atrás. Tercero, planear lo factible del futuro para disminuir ansiedades y aumentar el sentimiento de control; y cuatro, vivir “absortos,” totalmente compenetrados en el presente.
Vivir en el “aquí y el ahora” aumenta la efectividad, permite mejorar relaciones, la capacidad de respuesta a los retos, alejar las distracciones mentales, resolver problemas con velocidad y sentido de urgencia, y ahuyentar desgastantes divagaciones. También facilita maximizar el uso de energía, la aplicación de conocimientos, e incrementar una actitud positiva ante retos y dificultades.
¿No es entonces inteligente aprender del pasado, planear lo factible del futuro y concentrarnos así en el presente? ¿Verdad que resulta ventajoso hacer ese par de viajes al pasado y al futuro para resolver asuntos pendientes, y vivir entonces con más intensidad en el presente? ¿Los estás haciendo?
Autor: German Retana